Guía para el Manejo de la Enfermedad Renal en Gatos

Abstract

La enfermedad renal (ER) es un motivo de consulta habitual en la clínica de pequeños animales y también un reto continuo en el intento de realizar de forma precoz su diagnóstico, clasificación, tratamiento o prevención. En la actualidad la ER es una patología crónico degenerativa que supone un gran desafío para los MVZ, ya que manifiesta signos hasta una etapa avanzada de la enfermedad, reflejando que la enfermedad ha avanzado cerca de una fase final, lo que disminuye la posibilidad de obtener buenos resultados con un manejo terapéutico. La enfermedad renal crónica (ERC), se produce por muchas variables progresivas e irreversibles, muy común en gatos de mediana edad y mayores, en donde se deteriora la función renal. Hay variaciones y alteraciones en la hemostasia orgánica, consecuencia de la disminución de la función renal por pérdida, tanto progresiva como irreversible de la nefrona. Los síntomas de la enfermedad renal crónica (ERC) en felinos los podemos clasificar en síntomas tempranos y avanzados. Los principales síntomas tempranos de una mala condición física son la mala condición corporal o caquexia (pérdida de peso), incontinencia urinaria, polidipsia (aumento del consumo de agua) y poliuria (aumento de la producción de orina), deshidratación (debido a la incapacidad de los riñones de concentrar la orina), anemia no regenerativa, hipertensión y como diagnóstico por imagen riñones pequeños de forma irregular. El diagnóstico acertado de la enfermedad crónica es esencial, porque permite que los animales logren una supervivencia y favorece a que no exista progresión de la enfermedad. La estadificación de la ER en gatos es crucial para determinar el tratamiento adecuado y el pronóstico del paciente. LA IRIS ha establecido cuatro estadios basados en la concentración de creatinina y otros factores como la proteinuria y la presión arterial. Su diagnóstico acertado es esencial, porque permite que los animales logren una supervivencia y favorece a que no exista progresión de esta patología. Para tal fin se requiere conocer la historia clínica, los signos clínicos, realizar un examen físico completo donde a través de pruebas de laboratorio y estudios de imagen (ecografía abdominal, hemograma completa, pruebas bioquímicas y análisis de orina). El tratamiento de la ER varía según el estadio de la enfermedad, pero los objetivos son mejorar la calidad de vida, reducir el trabajo de los riñones, aliviar los síntomas clínicos debido a la intoxicación urémica, y así lograr una progresión más lenta de la enfermedad.