Normalización de la prueba de diagnóstico del desarrollo de Gesell en una población mexicana de niños de 1 a 44 meses de edad

Abstract

Ante la evidencia de que la práctica médica clínica en general se orienta hacia la prevención y la intervención temprana, el personal de salud ve como prioridad la detección en forma precoz de los trastornos del desarrollo. Muchos retrasos del desarrollo frecuentemente se presentan como parte de enfermedades complejas o de síndromes y uno o más de estos retrasos pueden ser subclínicos. Un niño con retraso madurativo en un área posee mayor riesgo de presentar retrasos también en otras áreas del desarrollo (American Academy of Pediatrics, 1986). La literatura pediátrica destaca la importancia de la detección precoz de los trastornos del desarrollo (Glascoe, Foster y Wolraich, 1997). Para la evaluación del desarrollo del niño, se han empleado pruebas en las que se toma como patrón de referencia el desarrollo esperado y se indica si califica dentro o fuera de la norma. Se han reportado diferencias en la edad en que se observan las distintas manifestaciones del desarrollo, atribuidas a factores tales como la raza y la cultura (Chapman, 1992). Por ello surge la interrogante, de si estas controversias son o no el resultado del empleo de escalas no normalizadas en la población objetivo (Thornton, 1992).