Tejiendo confianza, una alternativa desde la economía feminista frente a violencias de género. Los grupos de ahorro de mujeres rurales del centro de Veracruz

Abstract

La presente investigación analiza la experiencia de los Grupos de Mujeres en Economía Solidaria (GMES) impulsados por Desarrollo Autogestionario A.C. (AUGE) en la región montañosa central de Veracruz, con el propósito de comprender cómo las mujeres rurales construyen formas de organización económica, comunitaria y política que fortalecen la vida y contribuyen a disminuir las violencias que las atraviesan. Desde un enfoque del feminismo comunitario y de Investigación-Acción Participativa (IAP), el estudio reconoce a las mujeres no como objetos de investigación, sino como sujetas de conocimiento que tejen colectivamente alternativas frente al sistema económico heteropatriarcal. A través del acompañamiento prolongado a más de cincuenta grupos de ahorro, talleres formativos y entrevistas narrativas, se recuperaron las prácticas, saberes y estrategias de resistencia que las mujeres han desarrollado para sostener la vida en contextos de desigualdad y exclusión. El análisis se organizó a partir del modelo ecológico de las violencias, articulando tres niveles: el macrosistema, donde se examinan las estructuras patriarcales y económicas que condicionan la vida de las mujeres; el mesosistema, que revela las dinámicas comunitarias y organizativas que promueven el cuidado y la reciprocidad; y el microsistema, donde emergen las experiencias cotidianas, los vínculos afectivos y los procesos de transformación personal. Los resultados muestran que los grupos de ahorro solidario operan como espacios de autonomía y sanación colectiva, donde las mujeres fortalecen su autoestima, reconstruyen la confianza y generan redes de apoyo que inciden en la reducción de violencias intrafamiliares, comunitarias y estructurales. Asimismo, evidencian que la práctica del ahorro solidario trasciende lo económico: se convierte en una metáfora de bordado colectivo, en la que cada encuentro, cada aporte y cada palabra compartida constituyen una puntada más en el tejido de la vida común. Sin embargo, el estudio también identifica limitaciones estructurales que restringen la posibilidad de transformar de raíz las condiciones de desigualdad. Entre ellas destacan la persistencia de políticas públicas asistencialistas, la dependencia de recursos externos, y la escasa articulación institucional que reconozca el valor de la organización económica de las mujeres. Estas tensiones muestran que, si bien los grupos generan transformaciones significativas en la vida cotidiana, el impacto más amplio requiere procesos sostenidos de incidencia y políticas de Estado con perspectiva feminista y comunitaria. Finalmente, el trabajo aporta al campo de la economía feminista y la IAP al demostrar que la investigación puede ser también una práctica de acompañamiento y transformación, donde el conocimiento se construye desde la reciprocidad, el respeto y el compromiso con la vida de las mujeres y sus comunidades.