Apoyo en las actividades de investigación, conservación y restauración del patrimonio cultural

Abstract

El proyecto desarrollado en el laboratorio TECTRAD, en la ENCRyM, tuvo como propósito sentar las bases para la reproducción y aprovechamiento de la cochinilla silvestre (Dactylopius coccus) con fines de obtención del pigmento carmín, en el marco de las investigaciones sobre materiales naturales para la restauración del patrimonio. El trabajo se estructuró en tres ejes complementarios: documental, observacional y experimental, cada uno contribuyendo a la comprensión integral de las condiciones necesarias para la cría controlada de la especie. En la fase documental se elaboró una síntesis escrita de bibliografía clasificada y actualizada, que constituyó la primera sistematización del tema dentro del laboratorio. Este análisis permitió identificar tres ejes temáticos principales: el ciclo biológico del insecto, los sistemas de producción y los métodos de cría. A partir de estos, se establecieron las variables y condiciones ambientales que influyen en su reproducción, como la temperatura, la ventilación y la humedad. Durante la fase observacional se confirmó que las cochinillas cultivadas en el laboratorio eran silvestres y no finas, lo que representa una limitante para la obtención de pigmentos de alta pureza. Aun así, se generó un registro fotográfico y descriptivo que distingue machos y hembras, rastros de carmín y efectos de la manipulación y la falta de luz y ventilación sobre los cladodios y los especímenes. En el ámbito experimental se evaluaron tres métodos de infestación —cladodio infestado, acomodo horizontal en torre y nidos de pie de cría—, sin resultados exitosos. Las pruebas, sin embargo, permitieron identificar la necesidad de controlar rigurosamente las variables ambientales antes de intentar una reproducción metodizada. Finalmente, el estudio plantea la conveniencia de evaluar la adquisición de cochinilla fina para futuras etapas del proyecto y la creación de un vivero especializado. Se recomienda implementar un seguimiento metódico de temperatura y humedad mediante una bitácora, a fin de diseñar un hábitat artificial sostenible que garantice la viabilidad del cultivo y la calidad del pigmento.