Mi escuela a más de un año del sismo : La experiencia de niños, maestros y madres de familia

Abstract

Debido a los últimos desastres naturales ocurridos en América Latina, en 2017 se publica el índice de gestión de riesgos para América Latina y el Caribe (INFORM-LAC), el cual es una herramienta para evaluar el riesgo de desastres y las crisis humanitarias en los países de esta región. En particular, Colombia, El Salvador, Perú y México son considerados países con riesgo alto de desastres y crisis humanitarias. Debido a este riesgo, cada uno de estos países ha desarrollado diversas formas de intervenir en caso de alguna eventualidad de este tipo, además, de utilizar la infraestructura y de promover la intervención psicológica en casos de emergencia. Como se mencionó con anterioridad, uno de los países que ha tenido afectaciones a raíz de desastres naturales es México, razón por la cual se ha implementado diversas maneras de prevenir e intervenir en caso de desastres naturales, tales como inundaciones, incendios forestales y sismos. En la historia reciente de México, se ha suscitado dos eventos que han marcado a la población: los sismos de 1985 y de 2017, los cuales han causado pérdidas humanas y materiales, acontecimientos que forman parte de la memoria colectiva. A raíz de estos eventos, el gobierno federal mexicano comenzó a desarrollar organismos de Protección Civil1, a saber: en 1986 se dio origen al Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC) y en 1988 se creó el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), un organismo administrativo desconcentrado y jerárquicamente subordinado a la Secretaría de Gobernación, el cual establece la estructura organizacional y provee los recursos para su operación; dicho organismo es inaugurado el 11 de mayo de 1990 (Protección Civil, s.f.). SINAPROC dio origen a una red de comunicación y acción a nivel federal y estatal; también se creó el Centro de Instrumentación y Registro A. C., el Sistema de Alerta Sísmica de la Ciudad de México (SAS) en 1989 (CIRES, s.f.), brigadas de voluntarios como los Topos, los reglamentos y los códigos de construcción establecidos en el artículo 27 de la Ley orgánica de la Administración Pública (Secretaría de Obras y servicios, s.f.), además, de los simulacros y las campañas de información realizadas a lo largo de los años en escuelas, oficinas de gobierno y organismos privados.