Sobrecarga en Cuidadores Primarios de Adultos Mayores en un Instituto Nacional de Salud

Abstract

Los cuidadores informales son individuos, ya sean familiares o no, que toman la responsabilidad directa de cuidar a una persona por decisión propia, necesidad o compromiso cultural. Estos cuidadores generalmente no reciben compensación económica y enfrentan diversas dificultades relacionadas con el entorno y la fatiga asociada al acto de cuidar. Es común experimentar tanto emociones positivas como negativas en relación con el cuidado, ya sea dirigidas hacia la persona que está siendo cuidada o hacia si mismos. En ocasiones, el cuidado de un familiar y todo lo que conlleva puede generar malestar emocional. Por ende, el objetivo principal de esta investigación fue examinar el grado de carga experimentado por el cuidador primario de adultos mayores en un instituto nacional de salud. Metodología: Se llevó a cabo un estudio epidemiológico observacional para investigar la prevalencia del síndrome de sobrecarga del cuidador primario. El investigador desempeñó el papel de entrevistador y descriptor, recopilando información sobre variables específicas. El estudio fue transversal, ya que midió el fenómeno en un punto específico en el tiempo, y prospectivo, ya que capturó información a medida que se generaba. Se empleó un enfoque cuantitativo descriptivo en la población de cuidadores responsables de pacientes adultos mayores que asisten a un Instituto Nacional de Salud, durante el periodo de octubre de 2023 a enero de 2024. Resultados: Este estudio observacional sobre el síndrome de sobrecarga en cuidadores primarios revela asociaciones significativas. Se destaca la conexión entre el género y la prevalencia del síndrome, siendo mayor en mujeres cuidadoras. Además, se identifica una relación entre el nivel educativo y la manifestación del síndrome, especialmente en aquellos con educación de secundaria completa o universidad incompleta. En cuanto al tiempo dedicado al cuidado, los cuidadores con síndrome tienden a superar las 9 horas diarias, llegando a dedicar hasta 24 horas. Esta extensa dedicación se vincula directamente con un mayor desgaste mental y físico, sugiriendo que la duración de las horas de cuidado es crucial para el bienestar general de los cuidadores.