Asuntos Públicos y Agenda Pública: Mapeo de la Demanda por el Reconocimiento de la Identidad de Género de las Personas Trans´ en la Ciudad de México a Través del Modelo de Iniciativa Externa de COBB, ROSS Y ROSS (1990-2020)

Abstract

El objetivo principal de esta investigación es, desde la perspectiva de las políticas públicas, realizar un mapeo de la agenda pública de la demanda por el reconocimiento de la identidad de género de las personas trans en la Ciudad de México. El mapeo de la agenda pública se realiza por medio del Modelo de Iniciativa Externa desarrollado por Cobb, Ross y Ross (1976), el cual plantea que los asuntos públicos son impulsados por grupos que se encuentran fuera del aparato gubernamental a través de cuatro etapas, éstas van desde la identificación de la identidad de género como problema público hasta su reconocimiento legal. También se revisan los factores que impulsan el avance del asunto, así como los actores principales que participan como promotores o guardabarreras. Además, se incluye un apartado que presenta el contexto en el que se desarrollan las vidas de las personas trans’ y las problemáticas que estas enfrentan en su cotidiano. Dada su importancia política, desde inicios del siglo XX, la capital del país ha sido la cuna de diversos movimientos sociales. Con la llegada del periodo moderno y la apertura del país al mundo, y por ende por la influencia del exterior han surgido nuevas identidades que otrora eran inimaginables y que han encontrado en la Ciudad de México un sitio de emergencia y permanencia. Dentro de estas nuevas identidades se encuentran aquellas habitadas por las personas trans’, tomando este término paraguas ya que como diría Lía García, “es trans’ porque abre un mundo de posibilidades fragmentadas de habitar el cuerpo, el género, la sexualidad y la espiritualidad”. Así, con el surgimiento de nuevas identidades surgen nuevas necesidades que requieren de intervención pública, entre ellas su reconocimiento ante la sociedad. El reconocimiento a la identidad de género permite en primer lugar, adoptar un nombre propio, que concede una existencia social y reconocimiento como interlocutores de las relaciones humanas, sin un nombre propio se despoja de subjetividad y las personas se convierten en extranjeros sociales; además, el reconocimiento legal es la base para escalar hacia otros derechos.