El Manantial I.A.P.

Abstract

La educación ambiental en México se encuentra aún muy por debajo de países desarrollados, y aunque cada día se instrumentan más programas ambientalistas que se dirigen a los diferentes sectores y niveles de la sociedad, todavía son muy pocos considerando la problemática ambiental a la que se enfrenta el país. Por ello, sabiendo necesaria y urgente la implementación de diferentes métodos pedagógicos que estimulen este tipo de formación, han surgido diferentes Instituciones y movimientos que tiene como objetivo central motivar la protección del medio ambiente y difundir todos los temas relacionados a la causa por distintos frentes, una de ellas es la Institución de Asistencia Privada en la que colaboré como prestador de servicio social: La Fundación El Manantial I.A.P. es una institución que desde hace ya varios años se ha planteado el objetivo de sensibilizar y fomentar una cultura ambiental en la población de la Ciudad de México mediante el desarrollo de diferentes actividades llevadas a cabo en el interior del parque de Loreto y Peña Pobre. Estas han sido formuladas para incluir a distintos sectores de la población, sin importar la edad o el ámbito en el que se desempeñen los visitantes, se pretende que las dinámicas realizadas resulten de interés y de utilidad para cualquier persona. Con total franqueza puedo decir que todas aquellas encomiendas que se me asignaron durante mi estadía en El Manantial fueron cumplidas de manera satisfactoria. Además estoy convencido de que mi participación en el desarrollo de sus actividades contribuyó significativamente a su mejoramiento. El participar tan activamente en la Institución me hizo ver de forma clara que la diversidad de enfoques y opiniones sobre un mismo tema contribuyen al enriquecimiento de todos los que participan en la misma y de las actividades que realizan. Estoy seguro de que muchas de las dinámicas que formulamos durante el período en el que laboré allí se seguirán realizando de la misma manera por un buen tiempo más. Gracias a la gran disposición que tenía el equipo de trabajo conformado, y a la diversidad de intereses y experiencias con las que contaba cada miembro, pienso que pudimos construir un excelente protocolo para realizar las jornadas de educación ambiental. Ser parte de ese grupo que reformó el programa, fue seguramente mi mayor aportación a la Fundación, puedo agregar de igual forma, que más allá del aspecto puramente académico, mi estadía allí significo un crecimiento como persona. Al tener contacto directo con tanta gente perteneciente a muy diversos sectores de la población es sin duda algo de lo que se aprende mucho.