Cuidadoras de personas con enfermedades crónicas. Desigualdad de género, relaciones sociales y afectividad en el cuidado

Abstract

En este trabajo se abordan las distintas formas en que la feminización del cuidado se presenta subjetivamente en las mujeres, puesto que a lo largo de la historia es en ellas en quienes ha recaído la responsabilidad del cuidado en el entorno familiar, reproduciendo así una desigualdad de género en las relaciones sociales. Asimismo, la práctica del cuidado dentro del hogar no se toma en cuenta en el mercado, por lo que dicha labor se convierte en una parte del trabajo reproductivo y por tanto, no es remunerado. Es así que a partir de la desaprobación del salario para el trabajo reproductivo, el capitalismo ha desencadenado la idea de que las mujeres se adjudiquen ese trabajo como algo que anhelan y aspiran tener, sin embargo, las mujeres asumen el cuidado a partir del sistema patriarcal de la familia y la organización de las actividades de acuerdo a la distribución de roles entre hombres y mujeres que se ha establecido desde su infancia, no obstante, esto varía de acuerdo al contexto de cada una y el vínculo afectivo entre la cuidadora y su familiar enfermo, atravesado por el sentimiento de amor, siendo este un condicionante afectivo dentro de la familia, lo que establece jerarquías basadas en la intensidad de los afectos o el grado de compromiso con el otro desde el diagnóstico de la enfermedad y durante la carrera del enfermo, ya que se presenta un deslinde por parte del sistema de salud que confiere a la familia la responsabilidad del cuidado, y ésta a su vez es transferida a las mujeres, lo que también permite ver con qué redes sociales de apoyo cuenta cada cuidadora. Esto conlleva a una situación de descuido hacia ellas mismas debido a la nula posibilidad de gestionar su tiempo, ya que esta labor demanda muchas horas de cuidado hacia el otro diariamente. Aunado a lo anterior, se reúnen las experiencias de nueve mujeres cuidadoras de familiares con enfermedades crónicas quienes a través de sus narraciones nos permiten conocer cómo se ha estructurado la división de actividades entre hombres y mujeres dentro de su familia, donde se hacen visibles otros problemas como el trabajo no remunerado, el patriarcado, el acceso a los servicios de salud, el aspecto económico, los vínculos afectivos, el autocuidado y las redes sociales de apoyo con las que cuentan.