La experiencia sanitaria del barrendero de puerta en puerta durante la pandemia de COVID-19

Abstract

La presente investigación busca analizar la pandemia de COVID-19 en México desde una perspectiva particular y con la participación de otros actores sociales. Con perspectiva me refiero a visualizar la enfermedad desde el espacio urbano, analizando a los actores que enfrentaron la emergencia desde ese entorno, mientras que otros sectores lo pudieron vivir desde casa u otros lugares, aunque seguramente de alguna manera tuvieron que tener interacción con algún recolector de basura. El barrendero de puerta en puerta practica un oficio que impacta directamente en la vida higiénica de las personas, es el encargado de recoger y transportar los desechos orgánicos e inorgánicos hacia puntos de recolección establecidos; la vida del barrendero no era sencilla previo a la pandemia, siempre ha estado expuesto a cortadas por el manejo de vidrio, agujas y atropellamientos por caminar el la vía pública empujando sus carritos, así que con la pandemia, su actividad laboral se recrudeció aún más. Con la llegada del COVID-19 al país (principios del año 2020) existían diversas incertidumbres, sobre todo con la letalidad de la enfermedad, llegando al grado de provocar diversas complicaciones incluso la muerte, sin embargo, conforme las semanas y meses fueron avanzando y los contagios comenzaron a incrementarse se declaró estado de emergencia y se decidió que algunos trabajadores se resguardaran en casa, iniciando así un indeterminado confinamiento. ¿Qué sucedió con esos trabajadores que no pudieron resguardarse y peor aún, estuvieron en contacto directo con el virus sin necesariamente ser personal médico? Esa fue la idea que detonó la realización de este estudio. Las personas involucradas en la recolección de los desechos sanitarios entraron en el infierno pandémico, resistiendo y sobreviviendo. El tener contacto por medio de desechables como cubrebocas y guantes (por mencionar algunos) significaba un riesgo constante para ellos, vivian desprotegidos según su propia experiencia sanitaria, misma que quedó plasmada en este trabajo; el miedo, la incertidumbre y el dolor de perder amigos, compañeros, familia y clientes estuvo presente en todo momento, por ello tuvieron que aprender a convivir con la enfermedad y también a cuidarse de su contagio, por ellos, sus compañeros y familiares.