Consumo y adherencia al tratamiento psicofarmacológico por trastornos psicológicos más frecuentes a causa del confinamiento durante la pandemia por SARS-Cov-2

Abstract

El nuevo coronavirus también llamado SARS-CoV-2 desarrolla una nueva enfermedad denominada COVID-19 por la Organización Mundial de Salud, siendo el 30 de enero de 2020 declarada como una emergencia sanitaria a nivel mundial, al ser una nueva enfermedad no existía una cura o vacuna al inicio de la pandemia por lo tanto se procedió a tomar a medidas de precaución para prevenir y evitar contagios como el lavado frecuente de manos, el uso de mascarillas y el aislamiento social o cuarentena una de las principales medidas así como siendo esta ultima la que mayor repercusión tuvo en la vida de las personas generando miedo, inseguridad, confusión y otras emociones que terminaron desencadenando algunos trastornos psicológicos como la ansiedad, depresión, insomnio y delirium. Si bien antes de que comenzara la emergencia sanitaria la adherencia a tratamientos farmacológicos en pacientes con algún trastorno psiquiátrico era menor del 50% pues diversos factores intervenían como el rechazo social, la falta de información del paciente sobre su enfermedad entre otros, pero con la pandemia los servicios de dispensación se restringieron y por lo tanto aumento la no adherencia a los tratamientos psicofarmacológicos. Para determinar el grado de adherencia o bien de no adherencia que presentan los pacientes es conveniente realizar pruebas subjetivas que estén validados para los trastornos psicológicos que se mencionan en este documento dichas pruebas son: BARS, PETiT, DAI, MMAS, MARS, ROMI, BEMIB y BMQ. Una vez que se determinó el perfil de adherencia o no adherencia es conveniente implementar estrategias para mejorar al adherencia terapéutica las cuales pueden ser del tipo poblacional ya sea en grupos de menor o mayor dimensión donde se incluya a los pacientes y el personal sanitario, pero debe de complementarse con otras estrategias de tipo individual relacionadas con el paciente, con el entorno, con el médico y con el tratamiento; por ultimo están las intervenciones basadas en la clasificación por Demonceau. Con la implementación de alguna de estas estrategias podemos disminuir las consecuencias que genera la mala adherencia terapéutica las cuales pueden ser del tipo: medicas o clínicas, del sistema de salud, económicas, o psicosociales, por ejemplo, al disminuir las recaídas disminuye el ingreso a servicios de urgencias medicas y con ello los costos de medicamentos e internados espontáneos.