La tecnología del saber escrito

Abstract

El pensamiento es escritura, el lugar donde adquiere su representación definitiva, al menos en lo que se refiere a Occidente. Pero la escritura y su modo de concebirla en tal espacio cultural, a partir de la segunda mitad del siglo XX, se han modificado profundamente. El libro de Tatiana Sorókina propone una amplia reflexión acerca de las consecuencias y orígenes de esa nueva manera de escribir y relacionarse con el mundo. La tecnología hipertextual, y con ella, la red cibernética, es el sitio en el que operan las nuevas mutaciones. Ya no únicamente las fronteras clásicas entre realidad y ficción se vuelven inciertas, también se diluyen los límites formales de la propia escritura y hacen que cada texto retome su vocación original la de un diálogo, claro y permanente, con otros textos, esta vez de manera abiertamente explícita. El autor, desde esa perspectiva, deja de ser el centro gravitacional de sus obras; en consecuencia, el papel del lector adquiere nuevos matices, en los que pasa de mero consumidor a productor de sentidos. Y el venerable libro, depositario indiscutible y privilegiado del saber universal, transita de su estructura inamovible y perfecta a la de la obra intertextualizada de límites imprecisos.Al optar por describir a la escritura como una tecnología, T. Sorókina muestra una manera novedosa de vislumbrar la transición humana en el tiempo. No tan sólo como consecuencia de la exaltación de la Idea o del Espíritu, o, por el contrario, determinada por los distintos modos de producción o por sucesivas “olas” del desarrollo humano que despliegan el campo de disección de nuestro devenir histórico; sino a partir de la tecnología de las representaciones simbólicas, verbales o no, y de manera decisiva, de la escritura, sobre la que se monta el paisaje de la disertación la oral, que se vale de las “huellas sonoras”, la ideográfica, la pictográfica y la alfabética, desde las que el hipertexto, más que omitirlas o rebasarlas, las hace compatibles entre sí y las sincretiza con otras formas, visuales y auditivas aún, de expresión. Las consecuencias que esto ha (y seguirá) acarreando en el campo de la cultura –el fin de la censura, como instrumento ideológico de control difícilmente implantado dentro de la Internet- forman parte de la crónica del presente libro. --Carlos Gómez Carro