La institucionalización de la locura: El medio camino hacia la reinserción social

Abstract

Locura, ¿Qué es la locura? ¿Dónde está la locura? ¿Cómo se escucha la locura? ¿Quiénes están locos? ¿Cómo saber si uno mismo no está loco? ¿Se puede dejar de ser loco? Estos y otros cuestionamientos fueron los que envolvieron y guiaron la presente investigación. Hablar de la locura implica sumergirse en un espacio desconocido, indómito, sin sentido; implica, escuchar en donde no se habla, estar en donde no se está, y sobre todo, aceptar que no se sabe lo que se sabe. No podemos pretender hablar de locura desde una posición de saber, no podemos pretender escuchar a la locura desde la cordura, y no podemos pretender conocer la locura sin estar en la locura. Lo que se aborda en el presente trabajo, son algunos supuestos que fuimos construyendo a partir de nuestra experiencia cerca de la locura y de nuestra formación teórica a lo largo de la licenciatura. Las vertientes que de nuestro tema principal surgieron, giran alrededor de los discursos de los residentes de Casa Azul S.C.: en primera instancia, profundizamos en la forma en que los locos podrían constituir un yo distinto, complejo, que tras vivir en una realidad no real tienden a ser desplazados de su lugar como sujetos y son ingresados a instituciones como Casa Azul S.C., en donde aparentemente se configura un disciplinamiento del cuerpo para la aprehensión de la norma y de una identidad particular. Más adelante, indagamos alrededor del lugar que los residentes le atribuyen a su estar en Casa Azul S.C., las resistencias que de ellos surgen en busca de sostener(se), así como los sentidos que las actividades de la institución tienen para ellos. Por último, analizamos y cuestionamos el discurso respecto a la misión que como institución ofrece Casa Azul S.C.: la reinserción social, no solo por la forma en la que se concibe dentro de la institución, sino por el término en sí. Pensar en reinserción invita a pensar que hay un afuera, ajeno, inamovible, del que los sujetos pueden ser ingresados o desplazados. ¿Cómo es esto posible? ¿En realidad hay un “afuera”? Y, bajo está lógica ¿Entonces hablamos de sujetos individuales?