La infancia institucionalizada. Un análisis sobre la creación de subjetividades y tecnologías del yo en el Centro Amanecer para Niños

Abstract

Son las 6 de la mañana, es hora de levantarse, los orientadores les gritan que ya deben de pararse. Todos adormilados se sientan en sus camas, se ponen las chanclas y se empiezan a vestir con el uniforme. Es el inicio de otro día más. Salen de las habitaciones y se dirigen al cuarto de televisión, esperan a que los orientadores de la noche los “entreguen” a los de la mañana. Mientras tanto, los peina una de las orientadoras, otros ya se peinan solos. Es hora de desayunar, deben de formarse en frente de la puerta del comedor y tomar distancia por tiempos. Entran y quien hable lava la loza. Es hora de lavarse los dientes, formarse en equipos, porque cada niño pertenece a uno, salen al estacionamiento y se dirigen a las camionetas del DIF, es hora de ir a la escuela. Al regresar, deben de dejar sus mochilas en sus respectivos salones, también pertenecen a un equipo para hacer tareas, deben cambiarse el uniforme y a comer, quien hable lava la loza. Salen, se lavan dientes y ahora es tiempo de esperar hasta la hora que les toque hacer la tarea, algunos a las 4, otros 5: 30 y los últimos a las 6. A las 7 de la noche, es hora de entrar de nuevo a la sala de televisión, ahí los entregaran al siguiente turno de orientadores. Suena la chicharra, son las 7: 30 hora de cenar, los orientadores empiezan a gritar ¡equipo uno, dos, tres, cuatro, cinco!, los niños corren, porque si no se forman habrá castigo: cinco vueltas a todo el patio. Salen de la sala de televisión y a tomar distancia por tiempos antes de entrar al comedor, quien hable lava la loza (Diario de campo). Esta es la rutina diaria de los niños en el Centro Amanecer, en donde todas sus actividades básicas, las realizan bajo una constante vigilancia, los policías no les quitan la mirada a los niños, “esto parece cárcel”, se alcanza a escuchar. Reglamentos en todos los lugares, patio, sala de televisión, salones, habitaciones y comedor, es una disciplina incesante. La mayoría de las Casas Hogar tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo logran atender las necesidades de alimento y vivienda, sin embargo, no cumplen con las condiciones necesarias para lograr un bienestar adecuado en la esfera del desarrollo. En México, la institución pública que se encarga de la asistencia social es el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), el cual cuenta con cinco casas de asistencia, entre ellas, el Centro Amanecer.