La política y lo político. Perspectivas de análisis

Abstract

Este trabajo, tal como se presenta es el resultado de un largo recorrido que ha desembocado en esta reflexión que es apenas un esbozo de lo que podría plantearse como una reflexión mucho más amplia sobre la distinción entre la política y lo que aquí se denomina lo político. El planteamiento inicial, debo reconocer, se encontraba muy lejos de lo que ahora aparece aquí, y las modificaciones por las que ha atravesado obedecen a la transformación en la visión que sobre una inquietud que ha animado el trabajo de los últimos años de mi vida se ha dado. Dicha inquietud que versa sobre el cuestionamiento de la forma de operar de la política más allá del ámbito de la institucionalidad y de los marcos jurídicos, es la preocupación que ha guiado en el fondo las transformaciones y rumbos diversos que han llevado a esta sencilla reflexión. Actualmente la idea corriente que prevalece sobre la política se encuentra ligada al ámbito gubernamental, a lo estatal en el mejor de los casos y se encuentra reducida por lo tanto a una esfera que opera o al menos parece operar distante del grueso de la sociedad. La proximidad que los ciudadanos “de a pie” parecen tener respecto a esta política -como ámbito gubernamental de toma de decisiones- se encuentra restringida al sufragio, a la elección de representantes y a la contemplación permanente, a través de los medios de comunicación, de la actividad política como una suerte de espectáculo ajeno, denigrante y por demás repulsivo. La visión generalizada que sobre la política existe, se ve abonada por la impronta de los análisis de tipo electoral que alimentan este reduccionismo de ver lo electoral como la totalidad de la política o como la parte de mayor importancia. Bajo este esquema la preferencia electoral parece ser lo más importante, las encuestas se convierten en una suerte de validación de las elecciones y de presagios irrefutables que alientan los onerosos gastos de campaña en virtud de una mayor presencia en medios que reditúa en puntos en las encuestas. La noción de la que parte esta investigación intenta ser una noción mucho más amplia de la política, una consideración fundamental es que lo electoral es sólo una parte minúscula de la totalidad del espectro político, la punta del iceberg por decirlo de algún modo. Para ello he tratado de seguir una ruta que me permita explicar cómo se estructura la política más allá de la política o al menos de lo que se entiende comúnmente por política. El partir de una noción amplia de política implica reconocer que la política puede darse ahí donde parece no existir, es decir, fuera de la esfera de lo estatal y de lo gubernamental, así como reconocer que ésta es parte de la vita activa como lo denominó Hannah Arendt y que por lo tanto dista de ser la contemplación cuasi permanente y la limitada acción que los tiempos electorales permiten. Implica de igual manera el reconocimiento de la capacidad de los sujetos de organizarse y actuar para transformar su realidad, para organizar su vida colectiva y plantear soluciones de acuerdo a sus necesidades. En este largo recorrido comencé en un intento de pensar en aquellos espacios donde la política pareciera ser poco o nulamente reconocida, lo que me llevó a fijar mi atención en un espacio que desde hace tiempo me ha resultado inquietante: el del ritual. En este primer intento traté de esbozar lo que denominé “la dimensión política del ritual” en un intento de reconocer la importancia política que el ritual tiene dentro de las denominadas “sociedades tradicionales”. Dicha importancia parecía radicar en el objetivo mismo de ciertos rituales propiciatorios de incidir simbólicamente en la naturaleza para garantizar el alimento en primera instancia, luego conseguir el bienestar de la comunidad en su totalidad conjurando esas fuerzas que afectan la normalidad del régimen pluvial. Otro aspecto a considerar era el papel mismo del ritual como actividad social dentro de la comunidad, la participación y la cohesión que genera, así como la relación que con los cargos comunitarios tiene. Esta vertiente, aún no agotada, continúa pendiente y se vio de hecho rebasada por la necesidad de acceder a un marco interpretativo de la política más general que permitiera analizar y comprender éste y otros fenómenos.