Comparación de la apreciación estética entre híbridos de Glossolepis incisus x Melanotaenia boesemani y sus líneas parentales.

Abstract

En México se comercializan anualmente más de 40 millones de peces de ornato de agua dulce. El 48% se importa y el 52% restante se cultiva en el país, siendo los principales estados productores Morelos, Veracruz, Yucatán, Estado de México y Jalisco. En el estado de Morelos, se cultivan aproximadamente 25 especies de peces de ornato en más de 219 unidades de producción acuícola (INAPESCA, 2018). Una especie ideal para el comercio de peces ornamentales debe poseer características como son aceptación de dieta artificial, resistencia a enfermedades y condiciones de acuario, atractiva coloración y patrón de color, además de no ser agresiva por naturaleza, para que pueda coexistir con otras especies. Los productores de peces buscan poder comercializar especies con estas características, así como la menor competencia posible, buscando con esto un producto exclusivo para poder venderlo a un precio mayor (Casey, 2016). El atractivo visual y la belleza de los organismos es un factor determinante en la acuicultura ornamental, que, pese a ser subjetiva, está sujeta a parámetros como la armonía o patrón de colores, la suavidad de estos y la proporción o la simetría de los organismos (Adorno, 1971; Blanco, 2004). Así es el caso de los Glossolepis incisus donde los machos pueden ser de gran tamaño y además tienen coloración roja y a menudo manchas plateadas (Allen, 1991), por lo que suelen ser llamativos a la vista. De igual manera los Melanotaenia boesemani donde los machos muestran un patrón muy distintivo de colores marcado por un azul brillante anterior y amarillo brillante a naranja-rojo en la parte posterior (Allen & Cross, 1980). Estas especies pertenecen a la misma familia las cuales tienen concordancias ambientales y comportamiento reproductivo similar, son de fecundación externa y huevo adherente, lo que hace posible considerar un proceso de hibridación. Normalmente, en la naturaleza los híbridos presentan características físicas intermedias (Ernst, 1942), por lo que hibridación entre estas especies que son morfológicamente distintos, a pesar de ser de la misma familia, puede resultar en un producto atractivo y competitivo en el mercado de la acuicultura ornamental. Existen trabajos de hibridación en peces con diversos fines, por ejemplo, el cíclido loro se creó en Taiwán con fines ornamentales en la década de 1980 y los primeros especímenes se introdujeron en el mercado en 1986. Se desconoce el origen exacto de este híbrido, que es el resultado del cruce entre diferentes cíclidos sudamericanos. Son compañía apta para una gran cantidad de especies como Danios, Barbs, Cory cats, silver dollar y otros cíclidos sudamericanos (Aquatic community, 2018). Otro punto a consideración es que los híbridos interespecíficos suelen ser a menudo completa o parcialmente estériles (Michael, 1997) lo que puede resolver la problemática que se tiene con la liberación y fugas (intencionales o accidentales) de especies exóticas al medio aledaño en las granjas, que presenta un problema importante de tipo ecológico ya que las especies invasoras representan un peligro a las especies nativas y a los ecosistemas acuáticos (Espinosa et al. 2013). Por ello una alternativa para el mercado de la acuicultura ornamental sea la generación de híbridos de Glossolepis incisus y Melanotaenia boesemani, los cuales pueden ser atractivos hacia los consumidores, sin embargo, no hay datos sobre la aceptación de estos, por lo que el objetivo en esta investigación es conocer la preferencia entre Glossolepis incisus, Melanotaenia boesemani y el híbrido de estas especies por medio de encuestas realizadas a través de redes sociales.