El principio de paridad de género frente al fenómeno de la violencia política contra las mujeres en el poder legislativo de México

Abstract

La lucha de las mujeres sufragistas rinde frutos en el año de 1953, cuando les son reconocidos sus derechos políticos, es decir, el derecho a votar y ser votadas. Sin embargo, el camino que tenían que recorrer para poder ser parte del espacio público-político no era fácil. Frente a este problema, a partir del año 1993 se comenzarían a emitir recomendaciones a los partidos políticos, las cuales consistían en promover la participación de las mujeres. Es así como se dio inicio al sistema de cuotas de género en México, si bien este sistema no tuvo el impacto que se esperaba sí logró que más mujeres pudieran acceder a algún cargo de elección popular y, de hecho, eran esas mismas mujeres las que seguían impulsando el tema de la participación política femenina. Para el año 2014 se realizaron distintas reformas en materia político-electoral, gracias a esto se incorporó al artículo 41 constitucional la paridad de género, con lo cual se garantizaba y legitimaba la participación política de las mujeres. El principio de paridad no solo es una cifra de 50-50, sino que ha coadyuvado para que las mujeres logren acceder a espacios que antes eran exclusivos de los hombres. Por otro lado, hay que tener presente que las mujeres siempre han tenido que enfrentarse a obstáculos para poder integrarse al ámbito político, uno de los más grandes es la violencia política contra las mujeres en razón de género, la cual ha ido en aumento en los últimos años, con el único fin de excluirlas de este espacio. Elevar la paridad a rango constitucional fue un gran acierto para incrementar la participación política femenina, aunque no solo se trata de eso, también se debe de garantizar que sea en igualdad de condiciones con los hombres, ya que las mujeres se enfrentan a más obstáculos que estos.