Impactos territoriales , al espacio público y sobre la organización ciudadana generados por la inseguridad. Ciudad Juárez, Cuernavaca y Monterrey, 2010-2013

Abstract

La violencia, a lo largo de la historia, es utilizada con diferentes motivos, en la mayoría de éstos se intenta llegar a dos objetivos fundamentales: causar miedo y generar control. Este sentimiento es uno de los principales precursores de un estado letárgico, el responsable de una suerte de anomía social (Durkheim, 2001) que se vive en gran parte de las sociedades de hoy día, sobre todo aquellas que se encuentran bajo regímenes dictatoriales o formas del sistema económico con grados de explotación de la fuerza laboral cada vez más fuertes. En varios países latinoamericanos se ha vivido un ascenso importante de la violencia, sobre todo la relacionada a actividades ilícitas, hacía los últimos 50 años del siglo XX y los primeros del XXI. Adicionalmente, la introducción de las economías en un modelo capitalista “globalizado” neoliberal, ha acrecentado las diferencias de clase, por lo que las temáticas relacionadas a la pauperización y la inseguridad tienen un nuevo auge en diversos países de la región. El incremento de los índices delictivos se encuentra ligado a la degradación constante de las condiciones de vida, este crecimiento está ligado a un empobrecimiento gradual de los estratos bajos y medios de la población. Es decir, el capitalismo, en su versión neoliberal, ha venido a acentuar las diferencias de clase, incluso en el concierto de las naciones, ya que se ha concentrado aún más la riqueza en países de primer mundo, mientras los del llamado tercer mundo se sumen en una pobreza cada vez mayor de sus habitantes. Así, los países hegemónicos han consolidado su poder frente a países atrasados que han adoptado políticas restrictivas para su crecimiento económico, éstas dictadas por las grandes instituciones ligadas al gran poder de principales países capitalistas, sobre todo de Estados Unidos.