Desgaste Emocional del Cuidador Primario de Niños con Cáncer

Abstract

El proyecto de investigación se llevó a cabo en el Instituto Nacional de Pediatría y tiene como objetivo principal evaluar el impacto emocional que sufren los cuidadores primarios de niños hospitalizados con cáncer. El cáncer infantil es una enfermedad que no solo afecta a los pacientes sino también a sus familias, especialmente a los cuidadores que asumen la responsabilidad principal del cuidado del niño enfermo. Estos cuidadores, que a menudo son los padres, enfrentan una carga emocional significativa debido a la prolongada y exigente atención que deben proporcionar, lo que puede llevar a altos niveles de estrés, ansiedad y depresión. El estudio utiliza un enfoque cuantitativo y observacional, basado en la aplicación de encuestas a 25 cuidadores primarios. Estas encuestas incluyen preguntas cerradas, abiertas y de tipo Likert para medir las emociones negativas como el estrés, la ansiedad y la depresión. La investigación se divide en tres capítulos principales: el primero aborda el cáncer infantil en términos generales, el segundo se enfoca en el rol del cuidador primario, y el tercero explora las complicaciones emocionales, físicas y económicas que experimentan los cuidadores. Los resultados obtenidos subrayan la presencia de un desgaste emocional significativo entre los cuidadores, lo que puede afectar la calidad del cuidado que brindan a los niños. El estudio también analiza cómo este desgaste influye en el bienestar y la recuperación de los pacientes pediátricos. Además, se destaca la necesidad de desarrollar estrategias de apoyo que aborden las necesidades emocionales y psicológicas de los cuidadores para mejorar tanto su calidad de vida como la atención que proporcionan. Finalmente, el proyecto sugiere la implementación de programas de intervención que ofrezcan apoyo emocional y psicológico a los cuidadores primarios, permitiéndoles manejar mejor el estrés y la ansiedad asociados con el cuidado intensivo de un niño con cáncer. Esta investigación contribuye a una mejor comprensión del impacto emocional en los cuidadores y subraya la importancia de apoyarlos adecuadamente para asegurar no solo su bienestar, sino también la calidad del cuidado que proporcionan a los niños afectados por esta grave enfermedad.