El Papel del Islam en la Formulación de la Política Exterior de Catar hacia la Península Arábiga, de 2010 a 2017

Abstract

By the summer of 2017, Qatar faced an abrupt break in diplomatic and economic relations with Saudi Arabia and its regional allies in the Middle East, such as United Arab Emirates, Bahrain and Egypt. The central argument with which this action was justified was the alleged destabilization that Doha caused among the monarchies of the Arabian Peninsula due to its link with sub-state organizations belonging to Islamism. This diplomatic and economic breakup occurs at the end of the time frame of the popular uprisings known as Arab springs, a situation where Qatar had a notorious international activity mediating and intervening in countries such as Syria or Egypt. This activity is related to the Qatari interest in building a sphere of influence of its own, independent from the Saudi sphere in the logic of regional systemic power distribution within the bipolarity between Saudi Arabia and Iran, an objective that goes against the interests of Riyadh to maintain the status quo in its immediate environment (the Arabian Peninsula), consolidated through the Gulf Cooperation Council, as well as for its hegemony in the Middle East. The present research explores this scenario through the study of the religious perspective; The main variable is Islam, particularly its Wahhabi expression, as a power capability at the service of Qatar in order to influence the distribution of power in the regional system of the Arabian Peninsula, even against of Saudi Arabia’s hegemony. In this sense, this work explores the treatment of religion in the academy of International Relations to locate the reader in the relevance of analyzing the confessional aspect in the discipline and in scenarios where elements associated with religion take part in the interactions between international actors. Subsequently, the theoretical background of the religious in International Relations is linked to systemic realism to understand the religious variable as a ponderable element in the definition of action strategies for actors such as Qatar along with other economic, geographical and political power capabilities. The combination of these variables allows an explanation of Doha’s behavior in the space and time proposed.

Hacia el verano del año 2017, Catar enfrentó una ruptura abrupta de relaciones diplomáticas y económicas con Arabia Saudita y sus aliados regionales en el Medio Oriente, tales como Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Egipto. El argumento central con el que se justificó esta acción fue la supuesta desestabilización que Doha provocaba principalmente entre las monarquías de la Península Arábiga debido a su nexo con organizaciones subestatales pertenecientes al islamismo. Este cese diplomático y económico se da al fin del arco temporal de los levantamientos populares conocidos como primaveras árabes, una coyuntura donde Catar tuvo una notoria actividad internacional mediando e interviniendo en países como Siria o Egipto. Esta actividad se relaciona con el interés catarí de formar una esfera de influencia propia e independiente de la saudí en el acomodo de poder sistémico regional de la bipolaridad entre Arabia Saudita e Irán, objetivo que atenta contra los intereses de Riad de mantener el statu quo de la distribución de poder en su entorno inmediato (la Península Arábiga), materializada a través del Consejo de Cooperación del Golfo, así como para su hegemonía en Medio Oriente. La presente investigación explora el escenario descrito a través del estudio de la perspectiva religiosa; la variable de interés es el islam, particularmente su expresión wahabita, como capacidad de poder al servicio de Catar para poder incidir en la distribución de poder en el sistema regional de la Península Arábiga en detrimento de la hegemonía de Arabia Saudita. En ese sentido, la investigación hace una exploración del tratamiento de la religión en la academia de Relaciones Internacionales para ubicar al lector en la pertinencia de analizar la vertiente confesional en la disciplina y en escenarios donde elementos asociados a la religión forman parte de las interacciones entre actores internacionales. Posteriormente, se enlaza el bagaje teórico de lo religioso en Relaciones Internacionales con el realismo sistémico para entender la variable religiosa como un elemento ponderable en la definición de estrategias de acción para actores como Catar, en conjunto con otras capacidades de poder de corte económico, geográfico y político. La conjugación de estas variables permite explicar el comportamiento de Doha en el espacio y tiempo planteados para la investigación.