Gestión menstrual y experiencias de mujeres en contexto de privación de la libertad : Voces desde Santa Marta Acatitla

Abstract

La gestión de la menstruación implica adaptarnos a las condiciones de los espacios que habitamos y transitamos. La forma en la que lo hacemos estará influenciada por nuestra condición social, educación, ubicación geográfica, acceso a instalaciones sanitarias, movilidad, etc. En virtud de lo anterior, y dependiendo de cada contexto, los matices alrededor de una experiencia compartida por las mujeres —en tanto proceso biológico— pueden visibilizar asimetrías y desigualdades sociales específicas. Para el caso particular de las mujeres privadas de la libertad, la experiencia menstrual se ve modificada debido a las características del sistema penitenciario, que opera de manera específica hacia ellas, les castiga y no necesariamente les provee de las condiciones para poder manejar sus menstruaciones de manera digna, conforme indican los tratados internacionales. Ante esto, para el manejo de sus menstruaciones, las mujeres recurren a ciertas estrategias que tienen que ver con las redes solidarias que crean entre ellas. Además, la menstruación —al ser un proceso fisiológico que aún se mantiene en lo profundo de lo privado y es culturalmente relacionado al sufrimiento e incluso al castigo de las mujeres— es deliberadamente omitida por la sociedad patriarcal y sus instituciones, como en este caso de estudio, el sistema penitenciario.

Menstrual hygiene management is an aspect in women’s life which involves an adaptation to the spaces we live and transit throughout life. The way in which we adapt to it will be socially determined as well, involving every aspect we can think of such as education, geographical location, access to sanitary facilities, mobility opportunities and many more. This means that, in a specific context, the different aspects which surround a shared experience by women -such as a biological process- can make visible specific social asymmetries and inequalities. In the specific case of women who are deprived of liberty, the experience of menstruation is modified by the characteristics of the prison system itself, which operates specifically towards women, punishing them by not necessarily providing the conditions for them to manage their menstruation in a dignified way, according to the regulations established in international treaties. In consequence, women resort to certain strategies in order to manage their menstruations which involve solidarity networks created between them. Menstruation, a physiological process which remains deep inside the idea of what is called “private life” and is culturally related to suffering to the extent of being considered a punishment for women, is intentionally neglected by patriarchy and its institutions; in this case: prison.