El trazo trágico del cuerpo contemporáneo

Abstract

El deseo de configurar la imagen bajo proyecciones idealizadas, ha incentivado el delirio colectivo de alcanzar la perfección desde la intervención sobre la materia corporal. Aunque este deseo es de carácter histórico pareciera que en la actualidad, el proyecto de la configuración corporal de orden divino se hace posible. Esencialmente porque el gran impacto de creer alcanzar el estatus de perfección promueve el diseño de la apariencia deseada a través de la modificación de sus formas, tamaños, volúmenes y protuberancias. En este orden de configuración casi divina, se sobreestima aun más la imagen corporal, condicionando a los sujetos a la atención desmesurada por alcanzar la imagen divinizada, quienes enfocados en denotar su capacidad de manipular el cuerpo como si fuera un lienzo, una masa modeladora, un dispositivo, un chip o una plataforma programable no alcanza a visualizar que se esta organizando como una traza uniforme para satisfacer un ideal cultural. El problema se presenta entonces en que el sujeto se encuentra en la paradoja de estarse formando desde el movimiento constante por lograr la apariencia perfecta, pero que al mismo tiempo entra a la inmovilidad, porque esta condicionado a seguir los modelos que desde lo colectivo se le imponen. Así en el desbordamiento de la exaltación de las cualidades físicas como lo esencial o lo que le otorga valía al sujeto, lo que se visiviliza es la tan vulnerable condición en la que se encuentra por haberse sometido a la modificación que le lleva a trazarse desde lo impuesto y limitante. En medio de un sistema que inhibe sus cualidades singulares adquiere de sí mismo una visión insignificante, y pierde sus referentes y deseos personales, que lo llevan a la visión alterada de sí mismo, a su condición fetiche o cosa, pero sobretodo a su condición inerte. .7 El sujeto limitado a vivenciarse desde la exaltada exposición de una imagen acorde a la modelación estandarizada perece en una condición interminable, por lo que creemos que para romper con su estado inerte es necesario provocarle una reflexión en torno al delirio que se gesta en una cultura que persigue la modelación corporal, que lo inserta en la inalcanzable tarea de perfeccionamiento en la univocidad de sus representaciones. La finalidad de esta investigación ha sido poder trazar la escena de la configuración delirante de la corporalidad del ser, y comprender que lo induce a lo inerte para organizar este conflicto; desde allí incitar a posibles reflexiones que irrumpa el estado de suspensión en el que esta sumido a causa de la obligada y delirante modelación corporal.